domingo, 24 de febrero de 2013

El rol de las Instituciones formadoras y la responsabilidad de sus actores


El rol de las Instituciones formadoras y la responsabilidad de sus actores

La educación es un pilar fundamental en el cual se reproducen las cuestiones sociales y el individuo puede elevar su autoestima y fortalecer el respeto de sus derechos.



Se considera que los problemas educativos, como los actores involucrados, deberían tener una mirada que trascienda, que traspase el recinto escolar. Que los aprendizajes  sirvan a los alumnos y alumnas para la construcción de un verdadero rol social y de vida Independiente, dentro de  una vida de calidad.

Por eso, es fundamental una nueva mirada desde las funciones del  Estado y las Instituciones Educativas en materia de Educación Especial y Capacitación laboral.

Desafortunadamente aún hoy sigue habiendo, en los ámbitos educativos, culturales y sociales, barreras que obstaculizan la implementación de apoyos y flexibilización, por ejemplo: curriculums educativos estáticos e inflexibles, que frenan la incorporación de nuevas acciones basadas en la valoración de las diferencias, de la diversidad, de las posibilidades y los apoyos.

Desde las últimas décadas del siglo XX, en Argentina, América Latina, el  Caribe y Europa, se está produciendo un amplio debate sobre los cambios educativos como alternativas para hacer frente a los problemas sociales que han surgido en forma masiva, y a favorecer los cambios educativos que son necesarios para formar y construir una verdadera calidad de vida en los hombres y mujeres del siglo XXI.

Se necesitan docentes y profesionales capacitados en este nuevo paradigma de la educación: valoración de las competencias y habilidades en la EDJAT en un marco inclusivo y diverso.  Cambios que deben desarrollarse de modo paulatino, paciente y permanente, con el compromiso de  todos y todas. Teniendo presente que en todos los ámbitos de la sociedad hay personas que son resistentes a los cambios y que están cerradas en su propia realidad, que temen cambiar y otras que no desean trascender ni transformar la realidad que los circunda.

La Educación Permanente, en el marco de la EDJAT, podrá alcanzar sus objetivos en la medida que los/las docentes y directivos, de  las instituciones educativas, encargados de desempeñar dicha labor, logren generar estrategias adecuadas a la situación y contexto propio de esos jóvenes y adultos.

El distanciamiento entre los programas formativos, registrado en las pasadas décadas, y las realidades de vida, provocó la desacreditación y el vaciamiento de contenidos de los títulos otorgados por las instituciones educativas. Agravado por la pérdida de calidad de la formación y la posesión de un diploma que no acredita contundentemente la real apropiación del conocimiento curricularmente definido.


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